Escribo estas líneas pensando en por qué comencé a escribir este blog. Pero no quiero quedarme con las razones más obvias, si no en la esencia más sincera que me lleva a seguir escribiendo una vez más.

Cuando compartí mi primer artículo, recibí una carta de una persona por la que siento una empatía muy grande. Un texto que escribió con 24 años, imagino queriendo firmar los valores y sentimientos sobre los que construir su vida adulta. En definitiva, toda una declaración de principios.

Lo que escribió entonces, no fue pensando para compartirlo abiertamente. Y así seguirá. Porque no creo que nadie pueda llegar a sentir esas palabras con la misma intensidad con las que fueron escritas.

Hoy la leo una vez más y no puedo evitar sonreír de nuevo. Porque han pasado casi 15 años desde que fue escrita y siento que su forma de ver la vida no ha cambiado. Porque aún hoy, esa persona recuerda a menudo lo que escribió. Imagino la cantidad de cosas que ya no serán iguales desde entonces, pero aún es hoy es  fácil reconocer sus valores irrenunciables cuando estás a su lado. Los mismos que menciona en su carta.

Ahí es nada, cuando cambiar forma parte de nuestra esencia como personas.

Entonces pienso en lo que significa esto para mí. En los últimos meses, mientras pensaba en cómo dar forma a este blog, curiosamente me han venido de forma regular imágenes y recuerdos de lo que yo sentía a los 24 años. La misma edad en la que esa carta fue escrita.

Casi siempre son las mismas imágenes. Una y otra vez. Recuerdos que comencé a notar vagamente, pero que cada vez más, los siento con la misma fuerza que lo hacía entonces.

blog 24 años

Porque para mí, los 24 años significaron una edad de cambio. Viví en Francia, en Inglaterra y cerré oficialmente mi etapa en la universidad. Señal de transición. Afrontando una nueva etapa, aunque entonces no era del todo consciente. Como quizá tampoco lo sea ahora.

Y en los últimos meses, esos recuerdos cada vez han sido más fuertes. Me ha costado darme cuenta de lo que significaba. Al principio pensaba que simplemente era nostalgia. Siempre nos gusta recordar momentos que han sido especiales para nosotros. Pero  hoy me doy cuenta de que es algo diferente. He vuelto al punto de partida, a la misma situación que entonces. Seguro que además no será la última vez que vuelva.

Creo que si haces un esfuerzo, tu mismo eres capaz de recordar una imagen que te devolverá a un momento en el que no quisiste cambiar nunca. En el que querías sentar las bases de tus valores y principios irrenunciables. Esos que querías mantener toda una vida. El momento concreto, los recuerdos o la edad es lo de menos. No importa.

Yo personalmente, a los 24 años tuve esa sensación. Porque viví de la forma más inconsciente que hasta hoy he vivido. Pero seguramente también de la forma más verdadera. Sabiendo quizás que era el fin de una etapa.

Y pienso hoy en cómo me hubiese encantado describir en palabras lo que sentía entonces. Para leerlo de nuevo y recordarme cómo sentía. Para tener una guía en los momentos de cambio. En los momentos que dudas. Porque seguramente, los afrontamos con más miedo del que nunca podremos reconocer.

Es cuando descubro la razón por la que comencé a escribir este blog. La razón por la que últimamente todo me recuerda a  esa edad. Lo hago porque estoy en un momento de cambio. Igual que lo estaba a mis 24 años. Por eso, sin darme cuenta, intento recuperar las mismas sensaciones que tenía entonces. Una y otra vez.

Son recuerdos que han permanecido escondidos durante un tiempo, pero que vuelven a nuestra memoria cuando más los necesitamos. Para hacernos recordar.

Recuerdo canciones, imágenes y sentimientos que por un tiempo creía olvidados. Y por fin comprendo qué significa. Ahora sé que es una forma de recodarme mis principios irrenunciables. Esa esencia que nunca quiero cambiar. Y que sin darme cuenta, me he querido recordar de nuevo en estos momentos. Porque nos ayuda a tomar mejores decisiones.

Porque a veces, necesitamos parar en el camino. Para asegurar que no nos hemos desviado demasiado. Y ver a dónde hemos llegado, intentando no cometer demasiados errores. Unos cuantos sí, porque son necesarios para aprender.

Y escribo porque siento que voy a necesitar leer este blog de nuevo dentro de unos años. Cuando vuelva a cambiar. A dudar. Cuando necesite recordarme una vez más mis principios que considero irrenunciables.

Porque al escribir y compartirlo, estoy firmando una declaración de principios.

Esa es la esencia fundamental por la que hoy escribo. Para recordarme quien era. Quien soy ahora. Y no olvidarlo nunca. @elcaminolargo

PD: El siguiente vídeo se convirtió en uno de los más vistos en Internet en el momento de su lanzamiento. Sólo esta versión, tiene más de 1,6 millones de reproducciones. El anuncio tuvo un impacto masivo en festivales y fue reconocido internacionalmente. Y lo más importante, tuvo un impacto enorme en la gente que lo vió. Y que hoy lo sigue haciendo.

Porque sea en Perú, España, Inglaterra, Brasil… tengas 24, 34, 44 años… transmite un sentimiento universal. Que todos alguna vez sentimos. O sentiremos. Porque siempre es bueno recordarnos a nosotros quienes fuimos. Sobre todo, en los momentos de cambio.

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